El Señor ha prometido sanidad a través de Su hijo Jesucristo. Nosotros creemos que aunque los componentes detrás de la manifestación de la sanidad de Dios pueden ser complejos, la sanidad le pertenece a los hijos de Dios.
Señor Dios, vengo delante de Ti hoy para agradecerte por que me amas. Tú me invitas a Tu presencia, donde hay plenitud de gozo (Salmos 16:11). Yo clamo a ti Jehovah-Rapha porque Tú eres mi Sanador (Éxodo 15:26). Jesucristo clavó mis enfermedades, dolencias y malestares en la cruz hace más de dos mil años atrás y yo declaro que mi cuerpo físico debe alinearse con tu verdad eterna (Isaías 53:5). Tu palabra dice que por las llagas de Jesús fui sanado (1 Pedro 2:24). La Biblia dice que Él mismo cargó con nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias (Mateo 8:17). Tu palabra es salud a mi carne y fortaleza a mis huesos (Proverbios 3:8). Tú has revelado que es Tu voluntad que yo prospere y permanezca en salud así como prospera mi alma (3 Juan 2). Tú eres el Dios quien perdona todas mis iniquidades y sana todas mis enfermedades (Salmos 103:3). Tú dijiste en Tu palabra que la oración de fe salvará al enfermo y el Señor lo levantará, y si ha cometido algún pecado, le será perdonado (Santiago 5:15). Hoy declaro que Jesús es el Señor sobre este cuerpo que es Su templo. Yo hablo a cada cáncer, virus, bacteria y a cualquier otro enemigo de mi cuerpo y declaro que ahora entrando bajo el poder destructivo y redentor de Dios. Yo hablo a _____ (nombra tu condición física específica) _____ y declaro que estoy recuperándome sobrenaturalmente en el nombre poderoso de Jesucristo.