Yo me engancho con mi arche y la establezco sobre mis hijos. LLamó mi arche cargada con los nombres de Dios: Jehovah-Jireh, Jehovah-Rapha, Jehovah-Shammah, Jehovah-Nissi, Jehovah-Tsidkenu, Jehovah-Makedesh, Jehovah-Ra’ah, Jehovah-Shalom, Jehovah-Gibbowr, Jehovah-Elohim, Jehovah-Sabaoth, Jehovah-Issuwz, Jehovah-Hoseenu, Jehovah-Quana, Jehovah-Chayil, Jehovah-Milchamah, El-Shaddai, El-Elyon, El-Olam, El-Roy, Yeshua Ha Mashiach.

Además, hago interfaz mi arche con los siete Espíritus de Dios: el Espíritu del Señor, el Espíritu de Sabiduría y Entendimiento, el Espíritu de Consejo y Poderío, el Espíritu de Conocimiento y el Temor del Señor. Yo invito a las letras vivientes dentro mi arche en orden que vibren de acuerdo a sus frecuencias resonantes, trayendo el cielo y la tierra en alineamiento. Llamo a Aleph, Bet, Gimel, Dalet, Heh, Vav, Zayin, Chet, Tet, Yod, Kaf, Lamed, Mem, Nun, Samech, Ayin, Pey, Tsade, Kof, Resh, Shin, and Tav y las bendigo en el nombre de Yeshua. Yo establezco a mis estrellas como núcleos de poder para que super-carguen mi arche a través de alineamiento e interfaz. Rodeo a mis estrellas con piedras vivas que refractan luz a todos los diversos planos y dimensiones. También superpongo mis montañas y abro rutas de intercambio en lugares celestiales en Cristo Jesús, imponiendo la jurisdicción y el gobierno de Sion. 

Adhiero mi arche a los anillos que se encuentran arriba y abajo de los cielos y la anclo al motor en el centro de la creación. Alineo mi árbol de justicia, al cual lo hago interfaz con mi arche, y causó que el río de agua viva fluya a través de mi árbol y arche. Me enganchó y activo los metales novedosos adheridos a mi arche, trascendiendo todas las barreras entre lo que es orgánico y sintético. Asimismo establezco mis tronos entre mi arche y los traigo a una superimposición, siendo completamente establecidos en mi dominio y autoridad en Cristo Jesús.

Te doy gracias por los niños con los cuales me has bendecido. Decreto: mis hijos serán enseñados por el Señor, y grande será la paz de mis hijos (Isaías 54:13). He aquí, los hijos son herencia del Señor, el fruto del vientre es una recompensa. Así como flechas en las manos de un guerrero, también son los hijos en mi juventud. Tu Palabra declara que feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos; ellos no serán avergonzados, sino que hablaran con sus enemigos en la puerta (Salmos 128:3-5). Yo declaro, sobre mis hijos, que son bendecidos en sus cuerpos, almas y espíritus. Todos los días de sus vidas fueron escritos en Tu libro, aún cuando no existía ni uno de ellos (Salmos 139:16). Yo ordeno la manifestación de alineamiento entre mis hijos y lo que está escrito en Tus libros. Establezco una escolta de ángeles alrededor de mis hijos, y declaró que Tus ángeles los levantan en sus manos para que sus pies no tropiecen en piedra (Salmos 91:11-12). Yo reprendo y desapruebo cualquier accidente o calamidad que podría traer lesión o desfiguramiento permanente a sus cuerpos. Declaro que operan de acuerdo a la bendición de Abraham (Gálatas 3:14). Hablo que todos los que los bendigan serán bendecidos, pero aquellos que los maldigan serán maldecidos (Génesis 12:3). Además, declaro que Tú eres Jehovah-Shammah, el Dios quien está allí, y que estás allí cuando yo no esté. Declaro que Tú eres un muro de fuego alrededor de mis hijos (Zacarías 2:5).

Oro que Tu ordenes los amigos que rodean a mis hijos y trigan experiencias positivas, bendiciones y que motiven a mis hijos a entrar en su potencial. Oro que amigos enviados por el enemigo para extraviar a mis hijos hacia la tentación, pecado y comportamientos destructivos sean alejados de ellos, en el nombre de Jesús. Pongo mi confianza en tu capacidad, Señor Dios, y declaro que mis hijos son primeramente Tus hijos y que yo soy Tu encargado asignado sobre sus vidas. Yo recibo sabiduría diaria de Tu Espíritu para entrenarlos en el camino que deben de ir, para que cuando sean viejos no se aparten de él (Proverbios 22:6).

Yo declaro que Tú lucharás en contra de aquellos que luchan en contra de nosotros y salvarás a mis hijos (Isaías 49:25). Declaro que Tú eres su escudo, adarga y retaguardia (Salmos 91:4, Isaías 52:12). Padre Dios, Tú provees para cada una de sus necesidades de acuerdo a Tus riquezas en gloria por medio de Cristo Jesús (Filipenses 4:19). Te doy gracias, pues Tu capacidad de proveer para mis hijos trasciende la mía. Te invito a demostrarle a mis hijos que Tú eres su Padre Celestial, para que su relación contigo sea independiente de mí. Yo bendigo a mis hijos, la obra de sus manos y todo lo que se determinen a lograr que esté dentro de Tu voluntad para sus vidas. 

También establezco escudos para bloquear flechas de fuego que podrían traer confusión, discordia, disensión, amargura y acusación que podría crear conflicto en nuestra familia. Además declaró que cualquier tipo de maldiciones, maleficio, vejo, hechizo, conjuro, tipos de brujería, vudú, arte oscuro, castigo, encantamiento o cualquier otro tipo de actividad demoníaca convertida en arma sea completamente desautorizada por el poder de la sangre de Jesús. También hablo que mis hijos están siendo tomados por el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Yo declaro que en mi familia habita la paz y que todas las bendiciones generacionales asociadas con mis linajes son experimentadas por mis hijos. En el nombre de Jesús, Amén.