Padre en el cielo, vengo delante de Ti en el poderoso nombre de Jesús. Te alabo por Tu poder y gran gloria. Declaro que Tu nombre es Jehová Gibowr (Salmos 24:8), el Señor quien es poderoso en batalla. Tú eres Jehová Sabaoth (1 Samuel 1:11), el Señor de los Ejércitos. Me pongo la armadura de Dios, el casco de la salvación, la coraza de justicia, el cinto de la verdad, mis pies están calzados con la preparación del evangelio de paz. Tomo el escudo de la fe que apaga los dardos de fuego del maligno y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios (Efesios 6:14-17). Además tomo las vestimentas de venganza y el manto de celo (Isaías 59:17). Me rodeo con una cortina de humo (Éxodo 19:18) que actúa como una barrera de vista y sonido en contra de los agentes, intrusos y espíritus demoniacos satánicos. Identifico a los espíritus malignos y agentes satánicos que han tomado asignaciones en contra de mi hogar, familia, negocio y economía. Declaro que las armas de mi guerra no son carnales, pero poderosas en Dios para derribar fortalezas, derribar argumentos y toda cosa que se levanta en contra del conocimiento de Cristo (2 Corintios 10:4). Hay más con nosotros que con ellos (2 Reyes 6:16) y declaro que tus ángeles obedecen la voz de Tus palabras (Salmos 103:20).

Por ende, Yo armo a Tus ejércitos celestiales con Tus palabras y suelto matanza en contra del enemigo que me ha rodeado, perseguido, o puesto a mí y resistido. Envío flechas, relámpagos, granizo y carbones de fuego (Salmos 18:13-14). Esparzo a los enemigos que se han juntado en contra de mí con hambruna (Ezekiel 5:16) y con tormentas que devoran (Salmos 83:15-17). Enfrento a los espíritus que se han reunido de lugares que se encuentran debajo del mar y declaro un terremoto marino. Declaro que son atrapados en prisiones a su alrededor, encerrándolos en dominios específicos, caracterizados por viento seco (Jeremías 4:11). Declaro que las aguas de los enemigos se secan. Envío máquinas de guerra (Ezequiel 26:9), instrumentos de guerra (1 Samuel 8:12) e instrumentos de muerte (Salmos 7:13) sobre los agentes y dispositivos de la oscuridad en el nombre de Jesús.

Elijo pisar sobre serpientes y escorpiones (Lucas 10:19). Los agentes malignos deben ser aniquilados por la vara de hierro (Apocalipsis 2:26-27). Envío el hacha de batalla de Dios (Jeremías 51:20) a los campamentos de la oscuridad y apunto a las raíces de los obstáculos. Los coros y las armonías de la oscuridad sufrirán por el estallido del Señor (Job 4:9) y la reprensión de la voz del Altísimo (2 Samuel 22:14). Yo soy un Hijo de Dios (Juan 1:12) y un embajador del cielo (Efesios 6:20). No fui puesto aquí para sufrir abuso por las manos de un reino derrotado. Yo hago rechazo al enemigo y exalto el nombre de Jesús, el nombre sobre todo nombre, al que toda rodilla se doblará en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra (Filipenses 2:10).

Enciendo con fuego las estrategias del enemigo con la corriente de fuego de Dios (Daniel 7:10). Planto trampas en cada asignación maligna en contra de mi vida. Aves voraces devoran poderosamente los campamentos de la oscuridad (Ezequiel 39:4). Langostas (Éxodo 10), devoran las palabras y maldiciones malignas habladas en contra mía, mi casa, destino, negocio, ministerio y todo lo que está bajo mi administración. Hablo a los cuerpos celestiales y hago uso de las estrellas, declarando que así como las estrellas lucharon para salir de sus maldiciones en contra de Sisera (Jueces 5:20), así también irán con planes para avanzar el gobierno de Dios en el cielo y en la tierra. Yo soy más que vencedor en Cristo (Romanos 8:37). Declaro que al salir del temor, pues el amor perfecto hecha fuera el temor (1 Juan 4:18), el temor del día y de noche (Deuteronomio 28:66) está tomando los gobiernos del mal en el dominio espiritual. Tempestades golpean a los poderes malignos y no tienen compasión (Isaías 29:6). Sueño profundo (Isaías 29:10), sobrecoge a los enemigos que están huyendo, impidiendo que puedan escapar a tal punto de que sientan el impacto total de su reprensión. Declaro que portales, agujeros de gusano y rutas de escape sean cerrados en cada dominio, edad, línea del tiempo, dimensión, frecuencia y vibración, en el pasado, presente y futuro hasta el infinito. Que caballos de guerra del cielo aplasten a aquellos que se levanten en contra del nombre de Jesucristo y de Su grandioso poder. Declaro una limpieza masiva en la atmósfera espiritual y ambiente de mi vida y aquellos conectados a mí y Te doy gracias, Dios Altísimo, porque viniste a castigar al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra (Isaías 24:21). Amén.